Fernando Planelles Carazo
Director de Caja Rural de Jaén
En un contexto marcado por la creciente digitalización del sistema bancario, el cierre de sucursales y la amenaza de exclusión financiera en las zonas rurales, ¿el papel de las entidades con mayor territorialidad cobra más relevancia que nunca?
Caja Rural de Jaén, fiel a su vocación fundacional de servicio al territorio y las personas, apuesta por mantener su red de oficinas para garantizar una atención cercana y adaptarse a las nuevas necesidades de sus clientes. Pensamos que es más necesario que nunca dar respuesta equilibrada a los retos actuales del sector: la inclusión financiera en zonas rurales, el equilibrio entre lo físico y lo digital, el apoyo al tejido productivo provincial, la educación financiera y la confianza del cliente en nuestras entidades.
La exclusión financiera es uno de los grandes retos del sector. ¿Qué papel está desempeñando Caja Rural de Jaén para garantizar la inclusión financiera en zonas menos pobladas de la provincia?
Desarrollamos nuestra actividad manteniendo la presencia física. La red de oficinas de Caja Rural de Jaén ha sido estar cerca del territorio y de sus personas. Apostamos decididamente por el mantenimiento de oficinas en zonas rurales y de baja densidad demográfica donde, en muchos casos, somos la única entidad financiera presente. Para nosotros, la inclusión financiera no es solo un reto, es nuestra principal función.
Entre 2008 y 2023, la provincia de Jaén ha perdido casi la mitad de sus oficinas bancarias. ¿Qué alternativas plantea su entidad para no dejar sin servicio a estas zonas, especialmente a los colectivos de mayores?
Caja Rural de Jaén ha sido especialmente beligerante frente al modelo de cierre. Hemos defendido la importancia de mantener la capilaridad de la red de oficinas y la atención personalizada que ofrecemos. Además, hemos desarrollado una oficina móvil que recorre los pueblos de menor población de la provincia, Espeluy, y mantenemos una estructura cercana y accesible, especialmente diseñada para atender a personas mayores y a quienes tienen menor familiaridad con los canales digitales. No solo se trata de mantener presencia física, sino de garantizar una atención personalizada.
El actual contexto de digitalización bancaria, ¿cómo equilibra Caja Rural de Jaén la atención presencial con la digital para evitar que ciertos segmentos queden excluidos del sistema financiero?
Entendemos la digitalización como una herramienta, no como un sustituto. Seguimos apostando por una red presencial sólida y, al mismo tiempo, desarrollamos canales digitales accesibles, con interfaces simples y servicios que permitan a nuestros clientes operar con seguridad. El equilibrio está en ofrecer alternativas y acompañar a nuestros clientes en su adaptación tecnológica, sin presionar ni excluir a nadie.
Una de las recomendaciones del capítulo del Sistema Bancario es aumentar la fluidez del crédito hacia familias, administraciones y sobre todo PYMES. ¿Está respondiendo su entidad a esta necesidad?
Nuestra entidad ha incrementado año tras año su apoyo a las pequeñas y medianas empresas, que constituyen el principal motor económico de la provincia. Financiamos inversiones, circulante y modernización, tanto en el ámbito agrario como en otros sectores productivos. El margen de mejora existe, sin duda, pero requiere también un entorno propicio: estabilidad normativa, impulso institucional y colaboración público-privada para que el crédito sea eficaz y sostenible.
La provincia de Jaén tiene una ratio de créditos por oficina y depósitos por oficina por debajo de la media andaluza y nacional. ¿Cómo afecta esto a la rentabilidad y sostenibilidad de mantener oficinas físicas?
Mantener nuestras oficinas supone un coste extra respecto de otras provincias con mayor densidad de población y, por tanto, mayor volumen de créditos, pero estamos convencidos de que es una apuesta necesaria. Apostamos por nuestros valores y por el compromiso con las personas. Esta es nuestra manera de entender el modelo cooperativo.
¿Considera que existe una corresponsabilidad de las entidades financieras para revertir en el territorio parte de los beneficios que genera la banca?
Totalmente. En nuestro caso, con el Fondo de Promoción y Educación Cooperativa, reinvertimos en proyectos de carácter social y cultural, que revierten en el bienestar de toda la provincia. A través de ellos impulsamos iniciativas culturales, sociales, educativas y medioambientales en toda la provincia. Creemos que el valor que generamos debe volver al territorio en forma de oportunidades, cohesión social y desarrollo.
El capítulo destaca la necesidad de reforzar la formación financiera de la ciudadanía. ¿Qué programas o iniciativas impulsa Caja Rural de Jaén para mejorar la educación financiera de sus clientes también en el ámbito rural?
Tenemos en marcha varios programas de educación financiera dentro del programa de Voluntariado Corporativo, tanto en colaboración con centros educativos como con colectivos sociales. Ofrecemos talleres, charlas y contenidos divulgativos que ayudan a nuestros clientes a entender productos bancarios, a gestionar mejor sus finanzas personales y a tomar decisiones informadas. Esto es especialmente importante en las zonas rurales, donde el acceso a este tipo de formación es menor.
En un entorno con nuevas tecnologías, bigtech y fintech, ¿cómo garantiza su entidad la confianza de los usuarios ante la irrupción de nuevos medios de pago?
La confianza es uno de nuestros principales valores. Invertimos de manera continua en ciberseguridad y protección de datos, y al mismo tiempo mantenemos un modelo que combina cercanía y transparencia con nuestros clientes. Sabemos que la tecnología debe ir acompañada de cercanía y garantías. Frente a la frialdad de las grandes plataformas digitales, mantenemos la proximidad y la confianza mutua.
¿Qué mensaje enviaría a los ciudadanos de Jaén preocupados por el cierre de sucursales y la digitalización del sistema bancario?
En Caja Rural de Jaén no vamos a abandonar nuestros pueblos ni a sustituir a las personas por máquinas. Apostamos por un modelo equilibrado, donde lo digital sea útil, pero no sustituya lo presencial. Queremos seguir estando cerca, en un entorno en el que se priorice la atención personalizada y se garantice el derecho de todas las personas al acceso a los servicios financieros.