Compromiso, cercanía y apoyo: Caja Rural de Jaén y el Obispado de Jaén firman un convenio para cuidar de quienes cuidan

Comunicacion29 de julio de 2025

En un momento marcado por desafíos económicos y sociales, el apoyo mutuo entre instituciones se convierte en un pilar fundamental para mantener viva la labor pastoral y social que tantas personas desarrollan cada día. Con este espíritu, Caja Rural de Jaén y el Obispado de Jaén han firmado un convenio de colaboración que persigue un objetivo muy claro: ofrecer condiciones financieras preferentes al personal vinculado a la diócesis y reforzar el tejido social y pastoral de toda la provincia.

Un convenio pensado para el día a día del colectivo diocesano

El acuerdo, que tendrá una duración inicial de dos años, contempla que sacerdotes, trabajadores y otros colaboradores vinculados a la diócesis puedan acceder a productos y servicios financieros adaptados a sus necesidades, facilitando así su labor diaria.

Entre las principales ventajas, destaca la posibilidad de contar con la red de más de 170 oficinas de Caja Rural de Jaén, distribuidas no solo en la provincia, sino también en ciudades como Madrid, Barcelona, Córdoba o Sevilla. Esto permitirá a los beneficiarios disponer de un servicio cercano, flexible y pensado específicamente para atender las particularidades de la labor pastoral y social.

Firma del acuerdo con la Diócesis de Jaén, entre el Sr. Obispo y nuestro presidente

Tal como señaló el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Sebastián Chico Martínez, Obispo de la Diócesis de Jaén, durante la firma del convenio:

“Este acuerdo supone un paso muy importante para ofrecer mejores condiciones a nuestros sacerdotes y personal, y contribuir a su bienestar, que redunda en beneficio de toda la comunidad diocesana.”

Además, el Obispo quiso destacar la importancia de contar con aliados estratégicos en un contexto de retos crecientes:

“En el contexto actual, marcado por múltiples retos económicos y sociales, es fundamental contar con aliados como Caja Rural de Jaén, que comparte con nosotros el objetivo de fortalecer las estructuras pastorales y sociales, y de seguir ofreciendo un servicio cercano a toda la provincia.”

D. Sebastián Chico en el momento de la rúbrica del acuerdo

Más que una entidad financiera: compromiso real con las personas

Por parte de Caja Rural de Jaén, el presidente de la entidad, D. Juan Núñez Pérez, destacó el sentido profundo de este acuerdo, que va más allá de lo puramente económico:

“Estamos orgullosos de colaborar una vez más con el Obispado de Jaén. Sabemos que su labor tiene un impacto real en la vida de muchas personas y comunidades. Con este convenio queremos facilitarles la gestión financiera y permitirles centrarse en lo verdaderamente importante: atender a los demás.”

Núñez Pérez también subrayó el compromiso histórico de Caja Rural de Jaén con la provincia:

“Siempre hemos entendido que nuestra misión no se limita solo a la banca tradicional, sino que debe ir de la mano del desarrollo social, cultural y económico de nuestra tierra.”

D. Juan Núñez Pérez en el momento de la firma del acuerdo

Difusión, transparencia y cercanía

El acuerdo incluye, además, el compromiso de ambas entidades de difundir los términos generales del convenio a través de sus páginas web y redes sociales. De este modo, se garantiza que la información llegue a todo el colectivo diocesano y que el proceso sea transparente y accesible.

En la firma, junto al Obispo de la Diócesis de Jaén y al presidente de Caja Rural de Jaén, estuvieron presentes también Juan Gallego Cobo, director de sucursales de la entidad, y Luis Jesús García-Lomas Pousibet, responsable de Gestión Estratégica, mostrando así la implicación del equipo directivo en este acuerdo.

Una alianza al servicio del bien común

Con esta colaboración, Caja Rural de Jaén reafirma su vocación de ser una entidad cercana y comprometida con la realidad local, que ofrece soluciones reales a las personas e instituciones que sostienen el día a día social, cultural y espiritual de la provincia.

Por su parte, el Obispado de Jaén da un paso adelante para cuidar de quienes cuidan: sacerdotes, personal y colaboradores que, gracias a estas mejores condiciones, podrán centrarse aún más en su misión pastoral y social.

Un ejemplo claro de que cuando las instituciones suman esfuerzos, el verdadero beneficiado es siempre la sociedad.